lunes, 1 de noviembre de 2010

De hacerse fuerte...

Despertó, intentando hacerse a la luz del día que entraba de entre las persianas, se sobresalto, no conocía aquella habitación, poco a poco empezó a recordar, las sabanas aún estaban mojadas por las lágrimas de la noche anterior. Intentó incorporarse y entonces se dio cuenta, un dolor en el costado, se levantó con cierta dificultad.

No había nadie. Ahora recordaba, presa del dolor le llamó, se prometió la última vez que no lo haría, pero volvió a caer. Y allí estaba ella, en su casa, llena de golpes y moretones… Fue al baño, descubrió su cara perfectamente inmaculada, pese haber dormido mal, pese a su estado, y se fue desnudando poco a poco frente al espejo para observar las heridas en su cuerpo. Se quedó allí, mirando su cuerpo desdibujado, ya no era bonito, ya no era dulce…

Se vistió y salió al salón, un vaso de agua, una manta y un montón de sueños… En una ocasión él le pregunto a ella si le dolían sus magulladuras… Ella, solamente contesto “las heridas, tarde o temprano sanaran, solo dolerán dos o tres días; sin embargo, los hechos, el corazón…hay cosas, que nunca se olvidarán”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario