domingo, 1 de julio de 2012

De espirales que no llevan a ningún sitio...

Habéis sentido alguna vez esa sensación de estar viendo a alguien que no os conviene? De sentir que estáis a punto de embarcaros en una espiral que no lleva a ningún sitio? De sentir que estáis cogiendo un rumbo que no os lleva a sitio alguno? 

Habéis sentido alguna vez esa sensación de volver a casa después de todo y decir, no debo volver a hacerlo, no puede volver a pasar, no quiero que vuelva a pasar? Esa sensación de saber donde quieres poner el límite? Si, esa sensación... Que sin embargo cambia completamente cuando le vuelves a ver, y no es que suceda como en la película "Jerry Mcguire" que te gane con un hola (algo que para ser sinceros, no quieres), sino que simplemente notas que existe.

Esa sensación es la que vengo sintiendo, la primera vez me prometí que no pasaría una segunda, que era consciente que esto no lleva a ningún lado, ni quieres que lleve a ningún lado, y sin embargo, la segunda vez cuando le ves, no puedes evitarlo; y no es que te dejes engañar cuando te dice "Pensé que no querías saber nada más de mi... Estaba dispuesto a plantarte cara y preguntar que es lo que había pasado (cuando en realidad es nada lo que ha pasado)". Y tienes esa sensación de que inevitablemente sabes que pasará una tercera vez y también una cuarta... y que seguramente esto se convierta en una espiral.

Una  vez escuche que eso de que dejarse llevar sonaba tan bien... y inevitablemente es eso lo que pasa, que dejarse llevar suena demasiado bien, que dejarse llevar es lo que necesitas en este momento... Y que dejarse llevar es algo que, en definitiva, te hace sentir viva, te hace sentir emociones.

Habéis sentido alguna vez que estáis a punto de embarcaros en una espiral que no os llevará a sitio alguno? Yo, inevitablemente, estoy volviendo a sentir esa sensación. Y recuerdo, que si estamos aquí, es porque yo, me he dejado engañar...