sábado, 3 de julio de 2010

De intentos...

Podrás intentar humillarme, hacerme el vacio, que no lo conseguirás. Dijo ella, siendo fuerte, como estaba acostumbrada. Mirando de frente, con la cabeza alta y sabiendo, que sus errores eran como los del resto. Nadie era mejor o peor que ella, nadie tenía derecho a humillarla, excluirla o hacerla sentir mal. Porque ella era importante, si no para él, seguro que para alguien, y eso, era más que suficiente.

Podrás pisarme, herirme y hacerme naufragar, porque encontraré la fuerza para mantenerme firme.
Se dijo para sí misma, sabiendo que era capaz de vencer las adversidades, sabiendo que eso es lo que más le podía doler a él. Porque sabía que la fuerza residía en ella misma.

Mírame, porque no es más fuerte el que nunca se cae, si no el que se cae y sabe levantarse cuantas veces sean necesario.
Le dijo sabiendo que ello podía dolerle aún más. Porque se iba a levantar, y se mantendría en pie tanto como aguantara, y si volvía a caer, se acordaría de aquellas palabras, porque por muy fuerte que fuera la tormenta, ella era más fuerte aun. No la quería o apreciaba más aquella persona que se reía con ella todos los días, sino aquella que aunque no se riera todos los días, aguantaría con ella los momentos malos, y eso, es lo que valía la pena.

1 comentario:

  1. Es bonito, pero pon las letras negras que cuando se levanta la vista ves las frases bailando delante.
    Fede

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